En 2009, a la temprana edad de treinta y nueve años, mi amiga de la infancia Shelley Sakala me recordó, con una publicación divertida en Facebook, que me hiciera un autoexamen de seno. Lo hice y descubrí un bulto que resultó ser cáncer de mama. Tuve mucha suerte de encontrar mi cáncer en las primeras etapas y pude salvar mis senos y, más importante, mi vida.

 

Soporté nueve meses de tratamiento, incluyendo dos cirugías, 4 meses de quimioterapia y 2 meses de radiación. Durante ese tiempo, mi familia y yo fuimos colmidos de bondad, compasión y generosidad por parte de nuestra comunidad. Nos llevaron comida a casa durante semanas enteras, tanto amigos como desconocidos. Amigos aparecieron en nuestra puerta con guantes amarillos puestos, listos para fregar nuestros pisos. Vecinos nos trajeron pelucas, tarjetas, flores y personas que se ofrecieron a ayudar con nuestros hijos. No solo tuve a mi comunidad física, sino que también tuve una comunidad en línea en Facebook. Siempre había alguien animándome y alegrándome cuando estaba en mis momentos más bajos.

 

Estaba tan agradecida por cada acto de bondad que decidí que quería hacer algo para devolverle el favor a mi comunidad. Debo darle este crédito a Dios también, ya que sentí que Él me empujaba por un camino que quería que siguiera. También quería asegurarme de dejar un legado del que mis hijas pudieran estar orgullosas por si acaso... y así, con la ayuda de otra amiga de la infancia, Kate Kunberger, comencé Check for a Lump. Nuestra misión era simple. Queríamos motivar a otras mujeres a realizarse autoexámenes de seno con la esperanza de detectar el cáncer de mama en las primeras etapas.

 

Poco después de que se fundara nuestra organización sin fines de lucro, descubrimos que nuestra fundación tenía un gran potencial. Elegimos implementar un segundo programa con nuestros fondos para asistir directamente a pacientes con cáncer de mama. Nuestro programa Wig Out proporciona pelucas gratis a mujeres que están en quimioterapia para tratamiento de cáncer de mama en Arizona.

 

Con el tiempo, continuamos educándonos y, al hacerlo, descubrimos la necesidad de educación sobre la prevención del cáncer de mama en nuestra comunidad. Hemos llevado nuestro programa de divulgación educativa al siguiente nivel con la ayuda de nuestros patrocinadores, subsidios comunitarios y simpatizantes. También hemos formado grandes relaciones con otras organizaciones sin fines de lucro, hospitales, doctores y negocios relacionados con el cáncer de mama en nuestra comunidad para lograr nuestras metas de manera más eficiente.

 

En el poco tiempo que hemos existido, hemos establecido nuestra fundación como una figura prominente en la comunidad de cáncer de mama. No podríamos haber logrado nada de esto sin el increíble apoyo de nuestra familia, amigos y comunidad. Continuamente, me abruman los generosos actos de bondad que nos rodean. También estoy eternamente agradecida por el camino en el que Dios me ha colocado. ¡Gracias a todos por su apoyo!

 

¡Juntos estamos haciendo la diferencia!

 

Vive y Da a Los Demas,

 

Holly Rose